domingo, 3 de enero de 2016

Y a ti, ¿te gusta Murakami?

Aún no recuerdo exactamente cómo se me ocurrió leer a Murakami. Fue en el 2014 y sí, empecé con Tokio Blues. Y es que, pensaba igual que Nagasawa: "si lees sólo los libros que todos están leyendo, entonces piensas igual que como todo el resto está pensando" y más o menos la regla de "nunca tocar un libro de un autor que no lleva treinta años muerto" iba conmigo porque  "no es que no crea en la literatura contemporánea; pero no deseo perder el tiempo leyendo un libro que no ha sido bautizado por el tiempo", Ahora, solo sonrío. Hacer esta excepción se convirtió en mi favorita al romper mis propios paradigmas. Además, fueron dos. Siempre he tratado de mantenerme alejada de todo lo que forme parte de la cultura asiática. Y, como soy rebelde, fui contra mí misma, convirtiéndose Tokio Blues en una definición.
En algún momento después, sentí que debí haber empezado por un libro menos trillado. Sí, siempre queriendo ser exquisita en el mundo literario y así, tener una introducción a Murakami, con altura. Vuelvo a sonreír, de nuevo. Si no hubiese quedado sacudida así como quedé, probablemente seguiría igual de loquita, pero me elevé, ahora estoy más. Y sí, siempre pienso en Naoko hasta el día de hoy.

A lo que iba con todo esto era expresar cuatro ideas:
  • La primera ya está arriba, aunque lo que intentaba decir era que: la forma de llegar a conocer y no soltarte de algún autor, es memorable/mágica/poderosa/mística/única y sobretodo, personal, para ti nomás y lo mejor es que, está permitido volver a leer.
  • La segunda es que, considero que no vale contribuir con la piratería y por eso es que, los libros o los compras originales o te los prestas de la biblioteca o de algún amigo.
  • La tercera es que, hice una cosa bien paja con Tokio Blues. Al leerla, dejé rositas secas y muchos subrayados, para luego prestárselo a Jimena, quien dejó anotaciones en post-its. Luego, tuve que mudarme y antes de irme, quería dejárselo -ojo, solo prestado- a una persona que fue demasiado importante para mí en esa ciudad, pero lamentablemente no se pudo. Con ese vacío, me lo llevé conmigo y, Maria Pia, mi mejor amiga, con la que casi nunca coincido en la ciudad, estaba también aquí y ahora lo tiene. Entonces, además de ser un libro a nivel personal y literario para mí, por su contenido; la forma física también lo ha sido y sigue siendo.
  • La cuarta es que soy una frescaza porque todo el año pasado leí otras cosas (jajajajaja) pero el último libro fue "Al sur de la frontera, al oeste del sol" y terminé de leerlo con la respectiva altura, porque me metí en un restaurante buenmozón y pedí una copita de vino caliente, ¿qué tal?
  • La extra y última (rebelde monce) es que este 2016, quiero ser una erudita, ya saben, a la altura... en realidad, porque tengo bastante sed de hacerlo. Así que, intoxicarme quiero con los siguientes picantes, picantes, picantes:
1.      Sputnik, mi amor.
2.      Los años de peregrinación del chico sin color.
3.      Kafka en la orilla.
4.      Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.
5.      Baila, baila, baila.
6.      De qué hablo cuando hablo de correr.
7.      1Q84 (1).
8.     1Q84 (2).
9.     1Q84 (3).
10. After dark.
11.   El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas.
12.  Después del terremoto.
13.  Underground.